El himen es una membrana frágil y muy delgada de tejido incompleto que cubre parcialmente la apertura vaginal y forma parte de los genitales exteriores. Es un hecho que la pérdida de esta membrana está repleta de connotaciones sociales y religiosas, tanto así que en la actualidad existen cirugías de reconstrucción de himen. Pero, ¿la ruptura del himen implica perder la virginidad?


La respuesta es un rotundo NO. La sociedad ha impuesto el concepto: pene + vagina = pérdida de la virginidad. ¿Eso quiere decir que las mujeres que sienten atracción por otras mujeres nunca pierden la virginidad? He conocido casos de chicas cuyas primeras experiencias sexuales son anales u orales porque desean llegar “vírgenes” al matrimonio o por los menos hasta tener una relación más estable… Estas prácticas son incluso más íntimas que la penetración vaginal propiamente dicha e igualmente acarrean riesgos de enfermedades de transmisión sexual.  

¿Sabían que algunas mujeres pierden el himen incluso antes del nacimiento o durante actividades cotidianas durante la infancia o adolescencia? También, existe el llamado “himen complaciente” porque permite la penetración sin rasgarse. Otro mito a derrumbar es el sangrado durante el primer coito… ¡50 por ciento de las mujeres no sangran!

Hay que entender que el sexo es mucho más que meter y sacar. Involucra diversas acciones físicas, pensamientos, emociones, sensaciones y consecuencias que van más allá de una membrana.

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