¿Acabas de terminar una relación? ¿Cómo te sientes? Si deseas llorar, llora. Así de simple. Cuando una relación de pareja se termina y una de las partes no desea culminarla porque aún siente y quiere estar con esa persona, aparece el famoso despecho. Algunos despechos son tan fuertes que duran semanas y aquel que lo sufre siente que sus días son eternos y más cuando no para de llorar.

Estudios demuestran que los sentimientos involucrados en el despecho son similares a los que se experimentan cuando se pierde un ser querido. Todo es muy doloroso pero es un estado normal del ser humano y por tanto tiene sus fases. ¿Quieres saber en qué consiste el despecho? ¿Necesitas superarlo y así continuar con tu vida tranquilamente? Tu sexóloga en Miami te dirá cómo hacerlo.

Los primeros días son los más difíciles, son tiempos de tristeza, de nostalgia. El despecho hace que no se tengan ningún tipo de interés en continuar con la rutina porque estamos  totalmente inmersos en un laberinto repleto de confusión y dolor que pareciera no tener salida.

Un poco más adelante aparece la etapa de negación. No podemos ni queremos entender que la relación forma parte del pasado. Después aparece un agudo dolor que nos lleva a la culpa, nos sentimos mal porque creemos que somos los culpables de todos los problemas que causaron el final del vínculo de pareja. Luego aparece la ira, la rabia… Para finalizar sumidos en la desolación y la nostalgia. Por último, terminamos por aceptar que todo acabó.

¿Cómo superar un despecho lo más pronto posible?

Procura romper vista, trato y comunicación con tu expareja durante los primeros meses. Deja de frecuentar los mismos lugares y más bien trata de hacer actividades diferentes y hacer nuevas amistades. También ten cuidado con las redes sociales, no es sano que estés revisando a cada instante lo que comparte o escribe tu antigua pareja. Una recomendación muy importante es que no es conveniente que te involucres en otra relación afectiva: un clavo no saca otro clavo y puedes terminar empeorando las cosas.

Recuerda que cada experiencia que vivamos nos deja un aprendizaje, incluso las rupturas. No veas este fracaso como un castigo ni como el final. El reto es volver a la normalidad lo más pronto posible y si te aíslas ese proceso será más complicado porque lo único que harás es pensar en el despecho y en los recuerdos. Tómate el tiempo que sea necesario, disfruta con tus amigos y familiares, haz deporte, retoma alguna actividad que antes hacía y mantente muy ocupado. Es muy recomendable que te establezcas metas cortas que te hagan sentirte motivado y que te sirvan para rehacer tu vida y fortalecer tus emociones.

Recuerda que el final de una etapa viene con un nuevo principio. ¡Se acabó el tiempo de llorar!