Es normal que los cambios hormonales típicos de la menopausia afecten la vida sexual de una mujer o de una pareja. Síntomas como baja de la libido, resequedad vaginal, irritabilidad, migraña o depresión pueden entrar en escena y complicar la intimidad. Sin embargo, como especialista puedo afirmar que la menopausia no significa el fin del sexo, todo lo contrario.

El secreto es adaptarse a las nuevas exigencias del cuerpo debido a la baja en la producción de estrógenos. De esta manera, se evitan los problemas propios de la menor lubricación y el dolor durante el coito. También existe la terapia de reemplazo hormonal para equilibrar el organismo de una manera muy efectiva.

Contrario a lo que se podría pensar, durante la menopausia la mujer tiene la posibilidad de disfrutar de una sexualidad mucho más libre, sin riesgo de embarazo, mucho más madura, responsable y con el valor agregado de que generalmente los hijos ya salieron o están por salir de la casa y se tiene la posibilidad de tener sexo en cualquier lugar.   

Para la menopausia aplica una recomendación que se aplica a cualquier etapa: cuidar la salud. Es fundamental mantener una alimentación balanceada, evitar las drogas y el cigarrillo, tener un bajo consumo de alcohol y hacer ejercicios regularmente. Una mujer sana mantendrá una vida sexual completa, siempre y cuando conozca su cuerpo, tenga una comunicación constante con su pareja y no tema experimentar otras formas de gozar del sexo.